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Adoro la danza moderna. Tomo mis clasecitas toítas las tarde en la academia de Danza moderna que está a un paso del colegio.
Siempre procuro llegar más temprano que las demás chicas a la clase, así puedo estirarme y hacer rutinas de calentamiento.
Mientras realizo esas rutinas, puedo ver como el profe se babea mientras me tasa de arriba abajo. Sé que él se pone bien bellaquito conmigo. Tal vez porque no uso medias o leotardo.
Al iniciar la rutina mi maestrito acostumbra a arrimarse como una lapa detrás de mí dándome un jodío chinazo. Siempre viene con el argumento de que debe asegurarse de que yo me encuentre en un óptimo estado físico ya que soy su talentosa de la clase. Así que el muy cabroncito comienza a tocarme los bracitos, mis delicadas manitos mi cuellito, mis carnosos labios; besa mis cachetitos, acaricia mis tetitas; mete uno de sus dedos en mi ombliguito, soba mi pelvis, aprieta mis redonditas nalguitas, palpa mis muslitos y mis batatitas. Sé que eso es una jodía excusa pa'aprovecharse de mí. Eso me encabrona mucho, Pero como soy una nena muy obediente con mis mayores, y muy disciplinada, me quedo quietecita y tranquilita, sin argumentar o protestar.
Luego él me indica que debe darme masajes especiales para mí y nadie más. Los mismos tienen el supuesto propósito ayudarme a estirarme mejor, pero para que los mismos sean efectivos, me indica que deben ser masajes lubricados al natural.
Por lo tanto lo lleva a cabo haciendo uso de su enorme, caliente y babosa lengua como lubricante, seguido por sus lascivas manos sobándome toíta. El me lambe salvajemente mis muslitos y mis batatitas; yo sé que eso es jodío un pretexto para disfrutarme completita.
Yo se lo permito, aunque me encabrone, pues soy una nena bien respetuosa, disciplinada y obediente.
A mi profe cae en un trance de bellaquera intensa cuando me lambe mis carnosos labios y chupa mi cálida boquita. Él tiene una lengua bien larga y carnosa, la cual gusta meterla profundo en mi boquita y revolcarla adentro de ella. Él me obliga, a que yo, le chupe su carnosa lengua. Con la puntita de esa babosa lengua; él le da un maldito masaje a mis amigdalitas.
Después mete su mano por debajo de mi trajecito y comienza a sobarme las nalguitas y los muslitos. ¡Eso me encabrona mucho! Cada tarde, 5 días a la semana tengo que darle gusto al muy cabroncito de mi profe. Pero que todo sea por el baile.