× Sábado en la mañana yo tenía que ir al laboratorio de la escuela para finalizar un proyecto cuando. Cuando allí llegué, me encontré con dos conserjes que se suponía, que no, estuvieran allí. Esos dos tipos se quedaron embabaos cuando de repente me ven entrar al laboratorio. Yo estaba vistiendo, mi ajuarcito, de baile, con esta extrema faldita, lo que de seguro les encendió la lujuria más intensa en esos dos enfermitos.
Los bellacos se percataron de que yo, tenía mucho trabajo que realizar, así que, los dos pervertidos, me ofrecieron su ayuda. Pero, yo, me imaginé, que esto no sería gratuito. Estaba esperando, ¿qué me iban a pedir? Esos 2 tipos, a solas, con una nena vestida así de provocativa, así de deseable, encerraditos en un laboratorio, sin más nadie en el lugar.
Uno de los tipos, me agarró por mis caderitas, me levantó, y me sentó sobre una de las mesas. Yo crucé mis piernitas. Los 2 tipos me devoraban con sus miradas. No quitaban su vista de mis piernitas. Uno de ellos acerca ambas manos y las mete entre mis muslitos. Como soy una nena muy obediente, respetuosa con mis mayores, y muy disciplinada, me quedé quietecita.
Al tipo que me estaba sobando se le estaban saliendo las babas.
El otro bellaquito pervertido, nos tomaba fotos y video mientras llevaba su mano entre sus pantalones y agitaba vigorosamente su lujurioso pingo. El tipo, que se estaba deleitando conmigo mientras me sobaba, le comentaba al otro que mis muslitos eran bien suaves y sedosos. De repente sus lascivas manos se deslizaron más profundas en mí, y alcanzaron mis gajitos. Eso me encabronó. Pero como soy una nena muy obediente; me quedé muy calladita.
El otro, seguía tomando videos, del evento de cómo, su amigo me acariciaba, me sobaba, me lambía, me besaba y me chupaba mi boquita.
Los 2 cabroncitos, se tomaron turnitos entre sí, para gozar de mi ternura casi durante 2 horitas y media. Escuchaba cómo uno le comentaba al otro de que querían clavarme bien duro hasta que cayera la noche. Rogaba, porque eso no ocurriera. Pero como soy muy obediente, me quedé tranquilita a ver qué pasaba. Un le dijo al otro que si me clavaban, me podían dejar bien preñaíta, y eso los metería en líos. El otro sugirió, que me clavaran por detrás. Eso me asustó, pues nunca me han dado mamerro por ahí. Por suerte, tampoco estuvieron de acuerdo pues, escuche que uno de ellos le había reventado las hemorroides a otra nena, y se buscó un lío. Se pusieron de acuerdo, y lo que querían era introducirme en mi delicada boquita, sus apestosas y sudorosas morrongas. Ya yo he probado eso, y si, que sabe a carajo. Así que me resigné a ordeñar a esos 2 jodíos bellacos. Pero por suerte, esos 2 ya, habían perdido mucho tiempo y tenían que irse a otro sitio. A de que se fueron y yo me fui del laboratorio sin nisiquiera haber empezado mi tarea.