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Yazmín es de intercambio cultural en la academia. Como usual, el fotógrafo se encarga de tomar las fotos para el perfil. El muy bellaco se está deleitando con lo cortito de la faldita de la nena. Su pulso está en aumento, más su deseo por poner sus robustas manos sobre los muslitos de la chica se está saliendo fuera de control. La chica, vanidosa y avara como es, le exige al fotógrafo una sesión extra, lo que enciende la pervertida malicia en la depravada mente del fotógrafo. Su objetivo inmediato era sobar vigorosamente esos muslitos y tal vez clavarse despiadadamente y sin misericordia a la chica, así que le ofreció una sesión extra pero le ocultaría el costo.
