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Caminaba con mi cámara por los pasillos del colegio en dirección hacia el salón de actos para una sesión de fotos a las chicas del equipo de volibol. Cuando por el camino me crucé con esta prietita, Raíza, que la veo mucho caminando solita por los pasillos. Ella me vuelve loco con su jumpercito bien cortito, revelando sus encantos que son acentuados con su coqueto y seductor caminar. Mi mente quedó atrapada en un trance mientras era perturbada despiadadamente por los más impuros, depravados y sucios deseos que hacia ella tengo cada vez que la veo. Me fui en un viaje, soñaba con estar a solas con ella, de darle brocha bien caliente a esos muslitos hasta que mi lengua sangrara y luego puñetiarme vigorosamente contra ese tan deseable y chupable muslaje de ella. Deseaba lubricar esos muslitos con mi baba de pingo para que cuando mis rebosantes cojones comenzaran a bombear litros de consumé de macho sobre ese carnoso muslaje, yo le frotara con mi suero pegajoso de cojón desde las batatitas hasta los muslitos y terminando en sus nalguitas. Repetirlo una y otra vez hasta que mi mamerro me doliera, hasta que mis berrendos cojones no pudieran expulsar ni una gota más caldo de pingo.
Abruptamente fui interrumpido por su dulce voz: -Vigo, ¡ te fuiste en un viaje ¡ Termina de sacarme la foto, o era que tenias algo en mente para mí.