× En esta academia los salones son estrechos por lo que los profes ubicamos nuestros escritorios al frente de las pizarras. Así cuando alguna de las chicas va a la pizarra, ella queda bien cerquitita nosotros. Cuando van a exponer podemos aprovechar el momento, tocarlas y sobarlas lascivamente.
Le tocaba el turno a esta chica, Monét. Debía ofrecer una clase demostrativa en la materia de arte en la cual ella es muy proficiente.
Ella se ubicó lejos de mi alcance, chica lista, para evitarme. Inició su presentación. Lo más coqueta con su cortito uniforme. Yo estaba desesperado por palpar ese deseable muslaje. Para persuadirla a que se acercara a mis lascivas e impúdicas manos, comencé a encontrarle faltas a su deposición. Ella captó el mensaje y se me acercó. Llevé mis manos sobre su muslaje y la sobé suavemente. Observé su reacción, se percibía molesta, pero mantuvo una sonrisa ante la clase. Incrementé la acción y la sobé mas vigorosamente.
La sujeté por una de sus piernitas y la acerqué a un mas a mí. Disimuladamente fingí que buscaba algo en la gaveta del escritorio. Me acerqué más, hasta que mi boca hizo contactó su muslaje. Inmediatamente me encontré restregando mi áspera y babosa lengua en ese muslaje. Le di brocha sin misericordia ni remordimiento.
La chica se mantenía inmutable y sonriendo ante la clase mientras yo degustaba sus encantos. Pude alcanzar sus nalguitas y darle mucha brocha caliente y babosa como a mí me gusta por tal razón las chicas me conocen como el "lambe culo".
Finalizó Monét su presentación con su muslaje y sus nalgaje bien babotiao, y yo con mi lengua reseca.