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Como en todas las mañanitas, espero a que mis hermanitas estén bien ocupaditas, y entro en el cuarto de papi. Ése día él me esperaba con mucho anhelo, a medio vestir, con su morronga al aire. Esperando a que su nenita favorita, fuese a darle cariño.
Allí fui a parar y mi papito lindo, sin perder tiempo comenzó a sobarme mis piernitas delicadamente, y yo, le puñetié su maceta del amor muy suavemente. Tenemos poquito tiempo por las mañanitas, así que papi me pidió no perder tiempo y que lo ordeñara. Así que él se sentó en la camita y yo me arrodillé frente a él. Me llevé su rebosante morronga a mi boquita. Con mucho amor, la acaricié con mi húmeda lenguita. La fui llevando más y más profundo en mi gargantita, hasta que mi naricita tocó su barriguita.
Mientras le daba amor a mi papito lindo, yo sujetaba mi móvil, en lo que tomaba un videíto. Sé que mi móvil tiene buena resolución, y el micrófono es muy sensible. Quería que quedaran grabados todos los soniditos que mi boquita hizo cuando interactuó con la morronga de papi. Su pingo comenzó a supurar mucha de la amarga babita de pingo, hasta que no pudo aguantar, y comenzó a pulsar y a latir. Ése era el momento… cuando mi papito lindo bombeó, todita esa pegajosa, y pastosa lechita de pingo, en mi delicada boquita. Fue cuando él tomó mi móvil para seguir filmando mientras yo, batía vigorosamente todo su néctar de macho en mi boquita. Fue tanta, que apenas se podían distinguir mis dientitos y mi lenguita. Estuve 11 minutitos batiendo ése suero hombruno en mi boquita, hasta que logré hacer una espumosa cataplasma en mi boquita. A papi, eso lo pone bien loquito. Luego, comencé a tragar muy lentamente ése suero preñador. Seguido, nos fuimos pa'l piso, allí me posé sobre su pelvis, yo aún tenía parte de la pasta masculina en mi boquita, todavía la seguía saboreando. En eso. Me percaté, que la morronga de papi, estaba bien calmadita por la clase de oredeñá que le había dado, entonces, comenzó a reincorporarse. Se puso dura como una macana, y se coló a través de mis panticitos hasta alcanzar a mis gajitos para, luego, esconderse profundo en mi chochita. De allí, papi la intentaba sacar, pero parece que se arrepentía, y la volvía a entrar. Estuvo la entrando y sacando unos 13 minutitos más. A todas estas, yo seguía tomando mi videíto, aún me quedaba de la cataplasma viscosa de los cojones de papi, en mi tierna boquita. De pronto, mi papito lindo, berriando como un toro bellaco, inundó mi chochita con sus fluidos testiculares. Pare de grabar cuando su mamerro se puso monguito. Inmediatamente me proponía a compartir el videíto por el chat, pero mi papito, se percibía muy preocupadito. Me pidió que no lo subiera. Pero sin que se diera cuenta lo subí. Pero aún seguía notando bien preocupadito a papi. Le pregunté… ¿Qué le ocurre a mi papito lindo?... Luego me confiesa, que no debió haber bombeado su lechita en mi chochita, pues, el tratamiento profiláctico que él me manda a poner, había expirado.