× En mi clasecita en el segundo periodo, maestrito de historia estaba sentadito cerquitita de mi pupitre mirándome como todo un retardado embabao. Estaba deleitándose con mis sabrosas piernitas las cuales tenía cruzaditas enseñándole a él lo lindo y sexy que se veían mis muslitos. En la mirada del profe, se le podía ver dibujado las terribles ganas que él tenía de tocarme y sobarme toíta.
Sé que él estaba loquito por sentir la suavidad y la ternura de mis muslitos y nalguitas.
Noté, que durante la clase, mientras leíamos la lectura asignada, él me ligaba toíta. No me quitaba los ojos de encima. Yo estaba con mis piernitas cruzaditas de frente al profe; pues me gusta sentarme cerquitita de él y provocarlo cuando las cruzo.
Vi como al profe se le salían las babas cuando me ligaba mis muslitos con mucho deseo lasvivo de sobarlos y de lamberlos.
Había terminado la clase de historia y yo me disponía guardar mi librito para luego abandonar el salón, tenía que irme a mi próxima clasecita.
Así que me levanté de mi pupitre y caminé tranquilamente hacia la salida cuando de repente sentí cinco dedos lascivos y cálidos que irrumpieron entre mis nalguitas con mucha pasión... Pues no me lo esperaba. El muy bellaquito del profe exclamó… ¡peaje! …¡peaje!…Cada nena que pasa por aquí debe pagar peaje…
Así que el tipito me sujetó por mi cinturita inmovilizándome, pues según él; el costo del el peaje eran 7 minutitos de placer lascivo con la nena que agarrara. ¡Eso me encabronó!
Sus dedos fugazmente se metieron entre mis panticitos y encontraron mis gajitos; el profe me frotó mis gajitos vigorosamente, despiadadamente, y con mucha desesperación. Luego pasó por entre mis nalguitas, y volvió a mis gajitos. Una y otra vez hasta que las manos del profe se empaparon con mis juguitos chochales de nena traviesa. Yo estaba bien mojadita, tenía un lapachero en mi chochita. Así que tuve que soportar esa mano frotándome lascivamente mis gajitos por 7 minutitos.
Para desgracia mía, había dejado mi mochilita al lado de mi pupitre.